Trabajadora Social y doctora en Derecho y Ciencia Política por la U. Autónoma de Madrid, con especialización en Educación. Hoy Ana Luz Durán es decana de la Facultad de Educación USS y presidenta del Consejo de Decanos/as de Educación de las Universidades Privadas. En esta entrevista relata su largo camino en el desarrollo de políticas públicas y su apuesta por una resignificación del rol docente.

Ana Luz Durán: El reto de repensar la profesión docente

Su interés por las políticas públicas llevó a Ana Luz Durán a estudiar la carrera de Trabajo Social en la Pontificia Universidad Católica. “Siempre me interesé por los procesos de formulación e implementación de lo que en ese tiempo se llamaba equivocadamente la política social, el concepto de políticas públicas no estaba inserto en el desarrollo disciplinar y su estudio era incipiente en Chile”, señala.

Tras trabajar en los ámbitos municipal y ministerial, y cursar un magíster en ciencia política, decidió estudiar fuera de Chile un doctorado en Derecho y Ciencia Política en la Universidad Autónoma de Madrid. “Creo que la importancia de la gobernanza y gobernabilidad para el proceso de formulación de las políticas públicas es mi mayor contribución directa hacia los estudiantes”, afirma.

Hoy, desde el rol de decana de una de las facultades más grandes del sistema, con siete carreras y a la cabeza del Consejo de Decanos/as de Educación de las Ues privadas, procura que desde la USS egresen educadores apasionados y competentes para apoyar el aprendizaje de los estudiantes, a través de dos pilares: la innovación y la inclusión. “Estamos perfeccionando los procesos de formación inicial docente para que nadie se quede atrás, tenemos que acoger a la diversidad de aprendizajes y la diversidad de personas que hoy día conforman la sociedad”, asegura.

“La USS está formando profesionales mucho más sólidos que cuentan con herramientas para desplegarse en distintos escenarios”, agrega la académica.

Rol de la docencia

En mayo, la fundación Elige Educar realizó su encuesta anual de valoración del rol docente: por primera vez el índice llegaba a 80 puntos de un total de 100, cambiando la percepción social de esta labor que hasta hace poco tiempo se impartía vía online.

Esta transformación del sistema educativo ha hecho adecuarse a las nuevas exigencias de la enseñanza. “Aunque nuestros estudiantes se movilizan o trabajan principalmente en contextos vulnerables, hoy todos los contextos son complejos”, sostiene con respecto al escenario educativo en pandemia.

“Sin embargo, es distinto cuando tienes un estudiante que logra desarrollarse en un proceso formativo horizontal y no jerárquico, que tiene acceso a la tecnología y próximamente a un espacio formativo único en América Latina”, afirma con respecto al proyecto de Hiperaula, una sala de aprendizaje flexible donde la tecnología forma parte de la metodología de enseñanza, los espacios se adaptan a las necesidades del alumnado y que está pronta a ser inaugurada en la USS.

“Ese estudiante estará mejor preparado para enfrentar contextos vulnerables con menos recursos y también realidades con mayores condiciones de infraestructura. Estaremos formando un profesional mucho más sólido que cuenta con herramientas para desplegarse en distintos escenarios; algo valioso porque son herramientas y habilidades que van más allá de lo disciplinar que les permiten moverse tanto en Chile como el mundo”, afirma.

A través de diversos proyectos en carpeta, como el concurso de innovación con la NASA, un proyecto de microteaching, la escuela de idiomas y otros de vinculación con el medio, se sustenta el modelo formativo de la USS. “Nuestro objetivo es formar personas que convoquen y sean desafiantes para sus estudiantes (…) en su vida laboral van a tener en sus aulas a 5 mil niños, niñas y jóvenes, es un gran impacto el hacer algo por la formación de esos niños”, finaliza.